"MÁS HUMANOS QUE LOS HUMANOS"

Y así arranco los deberes de cultura audiovisual, con una de las frases más representativas de la película americana Blade Runner.

Esta producción dirigida por Ridley Scott y estrenada en el año 1982 es un buen ejemplo, a mi parecer, de una película con una gran calidad en la imagen, hecho que se percibe ya desde el momento cero con unos fantásticos efectos visuales (teniendo en cuenta la fecha de creación, por supuesto). Desde mi perspectiva, puedo afirmar con rotundidad que he visto películas de las décadas noventa y dos mil que ni tan siquiera se acercan a la brillantez de sus construcciones.
Por otra parte, considero necesario el resaltar que el ambiente que envuelve en todo momento al largometraje es excepcional, jugando con lo sonoro de una música vaga y constante, manteniendo un ritmo fijo de lo cromático (azul para el film en general, el negro para los momentos de tensión puntual y el amarillo en el caso de que aparezca o bien esté Rick con Rachel) y construyendo espacios sorprendentemente adecuados a la temática futurista, a parte de las pequeñas tomas cargadas de significado (la papiroflexia que simboliza momentos claves de la acción, el puño moribundo de Roy que muestra cómo su vida expira a la vez que se cierra, los ojos reflectantes de los replicantes que añaden ese halo de maldad…). El vestuario y otras variantes menos perceptibles como la iluminación (nivelada y tenue en dependencia del contexto argumental) de la grabación son precisos y la historia muy original, terminando así de rematar la película con una atmósfera interesante, tensa, envolvente y que te lleva de cabeza a su interior.
En sí la trama del film es alegórica al tener un trasfondo muy humano, concretamente, de su condición pesimista y trágica, queriendo las personas vivir al máximo y para siempre a coste de la tecnología, desatendiendo así a la esencia emocional y fragilidad que nos hace humanos.
En cuanto a mi opinión personal se refiere, he de decir la verdad: me encanta en lo visual, pero reconozco que para mi gusto es demasiado parada. Me ha parecido una gran película, pero no me ha gustado mucho, pues mi género no es precisamente el cine negro. Lo que más me ha chocado es que la BSO (Banda Sonora Original) fue compuesta por Vangelis, compositor griego cuyas piezas escucho muchas veces.
Para cerrar ya esta entrada, os animo a verla. Es una fantástica película que vale la pena ver y disfrutar, sobre todo aquellos amantes del cine negro.


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